Lao Tse
6 de Marzo de 2009 desde Ushuaia, día #357 de viaje
Por fín en Ushuaia...!!!!
Hace un p
Raúl nos ha acogido en Ushuaia...
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6 de Marzo de 2009 desde Ushuaia, día #357 de viaje
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1 de Marzo de 2009 desde Río Grande, día #352 de viaje
Hola a tod@s ya estamos en la Isla Grande de Tierra del Fuego, concretamente en la localidad de Río Grande, a falta de 225 km para llegar a nuestro destino final Ushuaia. Nos despedimos del continente hace un par de días cuando cruzamos el Estrecho de Magallanes y probablemente, en un par o tres de días habremos concluido esta aventura que nos ha llevado a pedalear por Centro América y la SudAmérica Andina hasta donde se acaba la carretera, a pocos kilómetros ya para entrar en tierras Antárticas. En el Calafate, visita obligada al imponente glaciar Perito Moreno, impresionante con sus paredes de hielo de más de 60m de altura por encima del agua. Hielo milenario de color azul que va menguando a pasos agigantados, debido al tan nombrado por todos y no aceptado por algunos, calentamiento global del planeta. En fin, a
l margen de polémicas acerca de si el calentamiento que sufre el planeta es debido a la acción humana o no lo es, lo cierto es que de momento el Perito Moreno todavía impresiona al observarlo, y te deja boquiabierto con el color del hielo, la altura de las paredes y el estruendo que se produce cada vez que uno de los bloques de hielo s
e desprende de sus paredes... A partir de El Calafate, nuestro viaje volvía a tornarse de color Pampa Patagónica, es decir amarillo y marrón por las hierbas y la tierra del suelo, y azul intenso salpicado por el blanco de las nubes en cielo. En estas latitudes las poblaciones son escasas, sólo las estancias, (granjas ganaderas), rompen la monotonía de un campo en el que sólo viven las ovejas, algunas vacas, otros pocos caballos y los simpáticos guanacos, (mamífero familia de la llama andina, pero con menos pelo, originario de esta región del continente).
Íbamos camino de Río Gallegos a 300km de El Calafate, en medio ni un solo pueblo, pero por suerte hemos tenido la oportunidad de conocer el mundo de las estancias, algo completamente ignorado por nosotros hasta este momento. En estas granjas en las que hemos hecho noche tuvimos la oportunidad de convivir con los trabajadores de las mismas, los fijos y los eventuales. A la hora de la cena, delante del típ
ico plato patagónico, guiso de cordero, nos contaban las historias de los esquiladores, las técnicas de esquila, la vida de las comparsas que hacen la temporada esquilando de estancia en estancia en todo lo largo de la Patagonia Argentina y Chilena. Hablamos también de cómo es la vida en la estancia, completamente alejado de todo y de todos, hay enormes distan
cias hasta las ciudades o pueblos más cercanos y la mayoría de ellos son trabajadores llegados de otras regiones del país, principalmente de Corrientes y Entre Ríos en el norte de Argentina. También de estancia en estancia, hicimos el camino hasta Río Gallegos, capital de la provincia argentina de Santa Cruz, ahí después de buscar un lugar para montar la carpa y habiendo agotado ya todos los recursos sin éxito, a punto de caer la noche, tuvimos la suerte de conocer a Marcela que nos brindó la oportunidad de armar la carpa en el jardín de su casa, abrigados del furioso viento que sopla por estos lares y pudiendo disfrutar de una fantástica hierba para dormir cómodos y confortables, Marcela muchas gracias por tu generosa hospitalidad...
antes de cruzar el Estrecho de Magallanes...
Una vez dejado atrás Río Gallegos, el siguiente paso importante para nosotros era cruzar el Estrecho de Magallanes, camino de la Isla de Tierra de Fuego. Con la ayuda de un maravilloso viento de cola que te hace volar por la carretera a velocidades inéditas para nosotros, incluso sin dar una pedalada, esto sí que es "la mano de Dios" y no la del gol de Maradona..., con el viento a favor se avanza a ritmo de motocicleta, claro que, en caso que uno tenga el viento de frente, no hay nada que hacer, y nada es ¡nada!, con vientos que superan normalmente los 100km/h es imposible hacerle frente, ni siquiera
bajado de la bici y empujándola, toca esperar al día siguiente o montar la bici en un camión, pero pedalear contra el viento patagónico es simplemente inútil. Nosotros tenemos la suerte que en esta época del año el viento generalmente es favorable a los que hacemos el recorrido de Norte a Sur, pero nos hemos cruzado con otros ciclistas que realizan el recorrido al revés y nos han contado, como desesperados, después de varios días de viento en co
ntra en los que no han podido moverse del sitio, han optado por hacer dedo y montar la bici en un camión ante la imposibilidad de lidiar con semejante viento. Ya en la isla coincidimos con Ciprien (francés) y Diego (alemán), hicimos parte del trayecto juntos hasta que la bici de Ciprien se descompuso por completo sin posibilidad de arreglo y no tuvo más remedio de montar todos los bártulos en un camión hasta Río Grande, donde encontraría un taller para arreglarla y poder seguir camino a Ushuaia. Con ellos compartimos una noche inolvidable en la estancia donde trabaja Ulises, todos juntos compartimos cena, historias, mate y una buena cantidad de risas...Mañana si todo sale según lo previsto, partimos hacia Ushuaia, esperamos que en un par de días seamos capaces de llegar a la ciudad más austral del mundo y de esta forma concluir nuestra pedaleada por América...
"... hagamos una revolución, que nuestro líder sea el Sol y nuestro ejército sean mariposas, por bandera otro atardecer y por conquista comprender que hay que cambiar las espadas por rosas..."
Mago de Oz
los últimos 1.000 y ya son 17.000km...
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20 de febrero de 2009 desde El Calafate, día# 344 de viaje
30 de enero de 2009 desde Coyhaique, día #324 de viaje
Hemos pasado estos días rodeados de mar en todo momento, primero mientras recorríamos la isla de Chiloé y posteriormente en la travesía de vuelta al continente que se demoró más de 36 horas por diversos problemas acontecidos en la naviera encargada de realizar el trayecto entre Quellón, al sur de la isla y Puerto Chacabuco en la Patagonia chilena. Este viaje a pesar de las molestias por el retraso de más de 12 horas en lo previsto, ha tenido por contrapartida el haber tenido la oportunidad de conocer a una pareja de simpáticos jubilados franceses, aficionados desde hace mucho tiempo ha realizar viajes en bicicleta, pero que desde hace ya unos
años, no utilizan bicicletas convencionales, sino un curiosísimo tándem de asientos reclinados y enfrentados por la espalda. Este tipo de bicicletas está cobrando cada vez más adeptos dentro del mundo de los cicloviajeros, pero nosotros nunca habíamos tenido la oportunidad de ver ninguna en vivo. La gran particularidad de estas bicicletas es que son artesanales, no se fabrican en serie, hay muy pocas unidades en el mundo y resulta bastante complicado hacerse con una. Roberto y Marisa nos contaron la historia de su Miqueto, así adaptaron el nombr
e original de su montura del inglés, al dialecto occitano de su región en Francia. Hartos de bicicletas convencionales y los clásicos problemas con los sillines de las bicis, decidieron buscar una forma alternativa y después de mucho buscar en Francia y el extranjero, a través de Internet contactaron con una pareja canadiense que vendía su montura cuando finalizara su viaje por Canadá. Una vez en Francia, Roberto, sierra y soldador en mano, adaptó a Miqueto a sus medidas y necesidades, y así desde hace unos años (ya han viajado por la Patagonia en 3 ocasiones), se dedican a recorrer e
l mundo en esta imaginativa máquina que te permite pedalear por horas y horas sin que tu dolorido trasero se resienta lo más mínimo, nos dejaron probarlo y corroboramos que es lo más cómodo que hemos probado nunca a la hora de pedalear, Ana ya piensa en uno de estos para el próximo viaje!!!!. Por suerte Marisa no se marea, ya que según nos comentaba en este tipo de tándem, en el que ciclista de atrás va de espaldas al avance, es común que ocurra esta circunstancia. Este par de jubilados franceses van girando cabezas allá por donde pasan, como os podéis imaginar, además la gente curiosa no deja de hacerles preguntas a todas horas a cerca de su poco común medio de transporte.
Marisa y Roberto dos jubilados franceses recorriendo América en tándem reclinado
Por nuestra parte, nos encontramos de lleno en la carretera Austral, en la Patagonia Chilena, el poco contacto que hemos tenido con ella hasta el momento, sólo desde Puerto Chacabuco hasta la ciudad de Coyhaique ha sido espectacular, el paisaje es increíble la carretera se sumerge en bosques densísimos en los que apenas pasa la luz, el agua cae por todas las laderas de las montañas desde los glaciares que se encuentran en lo alto de las mismas, hay cascadas y ríos por todas partes. El clima ha cambiado bastante desde el último post, ahora hace bastante más frío especialmente por las mañanas y sobretodo llueve mucho más, ya llevamos unas cuantas caladas encima. Nuestras alforjas, impermeables cuando salimos
hace ya casi once meses de Guatemala, en estos momentos están llenas de agujeros, y aunque he intentado repararlas, lo cierto es que cada vez que llueve nos entra agua con el consiguiente problema para mantener nuestra ropa, sacos, documentación y cámara secos, así que tuvimos que improvisar una cubrición impermeable a base de plástico que compramos en una ferretería. El primer intento con bolsas de basura no funcionó del todo bien, ahora parecemos más si cabe, un par de Homeless (sintecho), en lugar de un par de cicloviajeros como los que se ven por acá, (esto está lleno de ciclistas de todas las nacionalidades, especialmente suizos, alemanes y norteamericanos) con equipos nuevitos y de buenas marcas... En Puerto Aysén cuan
do salíamos de un supermercado tuvimos la suerte de conocer a Nacho, un madrileño afincado en la zona desde hace unos cuantos años, que junto con su pareja Sandra, que es de la zona, nos invitaron a pasar la noche en su casa y compartir con ellos un montón de risas, de historias una rica cena que nos preparó Sandra con productos de su huerta y un par de botellas de buen vino chileno. A
mbos viven en una casita de campo en un lugar de ensueño, al lado de un río, en un valle rodeado de bosques y nieves perpétuas. Se instalaron hace unos cuantos años y comenzaron a dedicarse a cultivar verduras de forma completamente natural sin utilizar fertilizantes artificales, ni pesticidas químicos. Se dedican a la agricultura orgánica y os podemos decir que el resultado, por lo menos con las lechugas que recogimos para la ensalda, es excelente... Coyahique es la última ciudad que nos encontraremos antes de cruzar la frontera hacia Argentina, a partir de mañana nos metemos de lleno en el tramo sur de la carretera Austral, así que me temo que hasta que no lleguemos a tierra gaucha de nuevo no volveremos a escribir... Desde más allá del paralelo 45º Sur, un abrazo a todos...
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